Pantuflas
(...) Edmundo se propuso hacer frente a esas conversaciones sin acudir a
consignas poéticas (...).
Sin embargo, cada noche (...) decía: No quiero casarme, no quiero
ver la tele en el sofá, las zapatillas son el símbolo de la rutina. Después
hablaba de su deseo de describir un telón de fondo mejor para los besos, para
los viajes, una muertre distinta (...) Edmundo estaba obligado a responder y,
para no mentir, decidió sustituir la poesía por el futuro.
Lo real, Belén Gopegui
Recuperada esta esencia de palabras que se reflejaba en un meritorio olvido. Algo tienen que tener de características si en esta vulgar (y cómoda) noche siento su resurgir. Leo y me veo levantando la cabeza, como cuando me bebía las estrellas y mis sueños. Ahora, desnutrido de deseos. Sin duda, recupero la coartada perfecta para la destruccion masiva: "matando el tiempo".
- El mar viene con resaca (Lujuria lingüística que se manifiesta frenética dentro del propio letargo espiritual)
Me quedo absorto dándole una imagen, un reflejo de sentimiento, el recuerdo del último susurro, la obsesiva necesidad de asociación...
- ¿Cuándo fue la última vez que pediste un deseo a las estrellas?
- Ahora ya sólo miro para arriba.
Hoy, como aquel que asegura que la lluvia es nuestra y que también nieva por nosotros.